Como en otros trabajos reunidos en el sitio Subculture, esta pieza vuelve a jugar con elementos comunes en las obras de Antonio Mendoza: la navegación automática, imprevisible e inmanejable, con ventanas que se abren, se desplazan, crecen y desaparecen velozmente ante nuestros ojos, y dentro de ellas, una galería de personajes e iconos mediáticos entremezclados con violencia y contra su voluntad.
En el caso de Anime, el acento parece estar en la representación ambigua de los caracteres del manga que parecen no definir si su orientación es hacia niños o adultos, y en el hecho de jugar nuevamente con la velocidad como estrategia de mutación de sentido. La velocidad que desafía nuestra capacidad de mirar y que juega con la invisibilidad tanto por lo que no podemos ver porque se nos esconde o cambia velozmente, como con la invisibilidad en referencia a lo que no se supone que debamos mirar. La velocidad que nos libera de la presión de decidir si debemos resistir y evitar espiar o abandonarnos y ser invadidos pasivamente por las imágenes.