Utilizando la estrategia de la intervención urbana y de los recorridos como derivas lúdicas, Fernando Llanos realiza su proyecto Videoman (originalmente llamado Vi Video), videointervenciones móviles en contextos urbanos específicos. Vistiendo un arnés especialmente diseñado en el que ubica una cámara de vídeo, un proyector, un laptop, y demás accesorios electrónicos, Llanos se convierte en Videoman y desarrolla su recorrido por espacios públicos de diferentes ciudades del mundo. Aeropuertos, monumentos, camiones de carga, e incluso museos, se convertirán en blancos a ser transformados por sus rayos de luz. Mediante la acción de registro, mezcla y proyección de imágenes que se intercalan sobre la textura visual urbana y los transeúntes, logra convertir este graffiti electrónico en una superposición de capas de sentido y de percepciones visuales. Videoman, paseante activo con superpoderes electrónicos, mezcla de ekeko, enmascarado de lucha libre, y vendedor ambulante, cual superhéroe popular, hace de la calle su "arena" y de la imagen su arma.