El artista nos invita a hacer un recorrido desplazándonos de una a otra, proponiéndonos un tour virtual. Habitual es hoy en día esta nueva clase de turismo por G.E. , aunque en este caso, Fernández nos coloca ante un entorno virtual modificado, estetizado e idealizado -como todo modelo 3D-. También nos plantea una tensión entre lo antiguo -las ruinas- y lo actual -los mapas digitales navegables-, poniendo el foco en una cuestión recurrente al analizar lo digital: el tiempo en este universo, no deja huella. Fernández parece querer remedar este "error" en la cartografía de G.E. quitándole la pátina de ruina arqueológica a estos monumentos, reemplazándolas -ocultándolas- con sus propios versiones post-internet inalterables y eternamente jóvenes.