Para esta serie de trabajos que Stanza denomina pinturas generativas, el artista utiliza un software en el que automáticamente, sin intervención del espectador, diversas obras maestras de la pintura universal son combinadas y alteradas en tiempo real generando un verdadero remix de la historia del arte.
Confrontando el principio que subyace en buena parte de la pintura clásica, el de perdurar inalterable en el tiempo, Stanza somete a toda una pinacoteca ideal del arte occidental a las reglas del dominio digital. Fuerza su mutación constante a través de algoritmos propios, y convierte a estas pinturas en piezas efímeras, únicas e irrepetibles.