El GIF animado parece haber resurgido de sus cenizas tras haber tenido un pasado glorioso allá lejos, cuando los tiempos heroicos del net art. Tras haberse popularizado recién a partir de las segundas versiones de los navegadores -las primeras no los soportaban- y caer en desuso tras la aparición del vídeo online, el GIF parece haber retornado con una especificidad mayor que la de servir de torpe sucedáneo de la imagen en movimiento: el formato de loop y su corta duración, eluden todo compromiso narrativo y abordan un nuevo territorio que podría definirse como fotografía expandida. En el caso de esta serie que nos presenta Emilio Gomariz podríamos preguntarnos si estamos ante una galería de arte geométrico -o cinético concreto-, o si por el contrario estamos ante un statement matemático convertido en visualización de una serie de algoritmos.